lunes, 22 de octubre de 2012

Conquistadora de almas, auxilio de los soñadores.


Se que nunca llegaré a sonar como esos grandes conquistadores de almas, tampoco escribiré con la milésima magia del dialogo de Bach, la majestuosidad del Gran Mozart, la poesía de Brahms y los cantos del romantico Bécquer… Tal vez ella que hoy lo rige todo, se desvanezca poco a poco, sigilosa en mis días, y sin darme cuenta ni recuerde que ocupó ese gran lugar… Tal vez todos esas personas, esos momentos mágicos e increíbles que solo se los debo a ella, sean olvidados esquejes en el tiempo para no volver más.

            Tal vez no sea lícito soñar, no sea bueno vibrar con sus pasajes, y paisajes… tal vez ella, la culpable de mi ser, la inseparable compañera de llantos, de gritos, de paz y de alegrías, de juegos… esa que me enseño la gran melodía del amor que envuelve al mundo y sus secretos.
            Pero en días como hoy, donde las plazas olían a flores, el sol brillaba a raso del mar mientras las gaviotas con su vuelo pedían un baile a las olas.
Pasear por el cielo pisando el suelo, lo que encierra una obra de arte, un deseo inmenso de tocar el corazón del que la contempla, lo que guarda una sonrisa, lo que gritan unos ojos y lo que suspira el corazón para darle las gracias, aunque nunca vuelva… me ha enseñado a ver el mundo con el corazón ardiente, desde esa otra ventanita donde los agobios son las mayores alegrías, las penas los días de grandes enseñanzas y las victorias las sonrisas mas preciadas… amor, amistad, dolor, locura, soñar, Dios, la luna y el sol… porque poseo ese mundo donde soñar, donde reír, contemplar la belleza que esconde tu alrededor… seguir el perpetuo rumbo del alma que llora contento por escuchar su voz, su amor, su eterno amor…

Confesar que el mayor tesoro del silencio, lo esconde mi música en el corazón.


1 comentario:

  1. Este blog con París al fondo, música en el corazón y fe tiene muchos encantos para mi.
    Gracias María.

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