Este verano, viví una de las experiencias más increíbles de mi vida, gracias a Dios y nunca mejor dicho, a mi poca edad he viajado mucho haciendo cosas increíbles, pero sin duda Paris y Notre Dame se quedan muy en el fondo de mi corazón. Espero contar más de ella pero aquí podréis comenzar a ver su grandeza:
Si hay algo que podemos notar al llegar a este escondite visible de Paris,Notre Dame, es la presencia de la Virgen María la cual está representada en más de cuarenta ocasiones.
En el SXII comienza a exaltarse a las damas en las novelas de caballería, es entonces cuando Francia además de descubrir el amor cortés descubrirá uno aun más grande: el amor de María.
Todas las catedrales de Francia del siglo XII están dedicadas a Notre Dame, a Nuestra Señora. La Virgen se introducirá en la piedad de la época evocando la soberanía, la victoria, la sabiduría, la ternura de una madre pero sobre todo, el gran misterio de La Encarnación.
Al llegar a la fachada principal de Notre Dame, justo en el centro, el círculo del gran rosetón está inscrito en un cuadrado y la Virgen con el niño en brazos dándonos la bienvenida a la Catedral. En un primer momento pueden parecernos simples elementos geométricos de la fachada pero esconden una lectura simbólica:
- El cuadrado es el símbolo del espacio creado, limitado. A imagen de esta figura con cuatro lados podemos ver que se rige nuestro mundo: cuatro estaciones del año, cuatro puntos cardinales o los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire.
- El círculo es símbolo del espacio no creado, infinito. Como figura perfecta que no tiene principio ni fin se nos presenta a imagen de Dios.
Es en esta irrupción del círculo en el cuadrado donde encontramos el misterio de la Encarnación. Donde Dios siendo la figura perfecta, se introduce en el mundo hecho hombre en Jesucristo. Justo delante de esto nos encontramos a la Virgen María, su cabeza coincide justo con el centro del rosetón occidental. Es el “Sí” de María el que permite a Dios en Jesús venir al mundo por el vientre de su madre la Virgen.
Ella con el niño en brazos, rodeada de los ángeles presenta a su hijo a la ciudad siendo como se reza en las letanías del Santo Rosario es “Puerta de entrada al cielo”. Ese cielo que se nos presenta en la Tierra a través de la Iglesia y en Paris os aseguro que se encuentra en Notre Dame.
María Sánchez del Solar. Voluntaria de Nártex en Notre Dame de Paris. Julio 2012
María, me ha entusiasmado tu blog recién nacido. Vine sólo para dar las gracias a alguien, que no conocía (y no veía bien en la foto, algo corto de vista soy); pero luego descubrí quien eras... Y he quedado encantado.
ResponderEliminarAún queda mucho que hacer, como completar la columna lateral, por ejemplo, incluyendo -sin falta- el widget de seguidores para apuntarme... Eso vendrá poco a poco, estoy seguro, porque los estudios son lo primero. Pero siempre hay un ratito para regalare a los demás, en palabras e imágenes, parte de tus pensamientos y sentimientos. ¡Adelante!
Muchas gracias, y un afectuoso abrazo.
:)
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