miércoles, 12 de diciembre de 2012

Feliz Cumpleaños.

En la vida siempre hay lugares, personas, momentos de todo tipo y sorpresas, que recuerdas más que otras, todas son especiales, sin embargo no se que me pasa que solo contigo y con todo lo que encierra para mí pensar en ella, el corazón me da un vuelco y los ojos se humedecen con una mezcla de alegría, melancolía y satisfacción de guardar tantos secretos que solo sabe ella y yo, como la más bella historia de amistad, o para mí mi mayor cuento de hadas.

No es una persona, pero más de 14 millones se introducen en ella al año, más de 300 la cuidan como si de su mayor tesoro se tratase para que no le falte de nada a ella y a los que se introducen en su místico descubrimiento.
No es una melodía, pero su música es el alma que da vida y corazón, que llena todos sus huecos elevando hacia el cielo sus grandes pilares. A ella, a su magia y a sus canónigos (mis queridos Leonin y Perotin) le debemos la música tal y como hoy la entendemos, ya que en el SXIII se darán en sus cantos el inicio de la Polifonia (suenan varias voces a la vez), como las ramas de un árbol en distintas direcciones, ya que necesitaban elevar, elevar su grandeza, la de sus muros y la de su música para aquello que fueron creadas, para hacerlas llegar a Dios. Y sin esto, no conoceríamos a el Gran Bach, Mozart, incluso Porque el sonido de su gran órgano (el más grande de Francia y quizás de Europa) hace exaltar hasta la última célula de nuestro cuerpo, porque nada más que ver sus dimensiones y echar un ojo a los mejores maestros que lo han hecho sonar es para impresionarse.

No es un libro, ay Dios... ¡Cómo que no es un libro! ¡Es el libro más completo que he podido leer en mi vida! ¡Un libro abierto con litros de tinta escritos, pero gracias a la gente que lo lee y vive en él, muchos más chorros de tinta por escribir! Una Biblia abierta, abierta en su portada, donde a cualquier persona que pasara por esa antigua pequeñita plaza que formaba Ella y el Hotel de Dieu, solo podían mirar al cielo, dejar de mirarse a ellos mismos para mirarla a Ella sorprenderse de su grandeza y así... ¡Acordarse de Dios y de la grandeza de la fe! Aunque no tuvieras... ver eso allí era un milagro en el siglo XIII. Porque turistas, creyentes, o simples paseantes, pueden leer el amor de Dios, el misterio de la Virgen María y sentirse amados por ellos profundamente con tan solo mirar sus puertas. Que se abren para que entremos en la casa de Dios en la Tierra para los hombres. La Jerusalem Celeste en el centro de una ciudad. 
Porque sus luces, sus cristales sus capillas y sus columnas, esconden mil historias imposibles de recopilar. Porque el sol que sale del Este, llena de vida el Sagrario, (Corazón de Ella) porque un día donde la magia de las luces del sol de mi ciudad quieran brillar... hacen la mayor obra de arte reflejando los colores de las vidrieras en sus columnas. Y ya no os cuento... Las maravillas de nuestro querido Viollet le Duc... Romántico que la convirtió en una novela de caballería para doncellas y caballeros.

No es una fortaleza, pero gracias a sus arbotantes, que como ramas de los árboles la sujetan siglos y siglos desde el fondo del Sena ha su gran Flecha. Porque como una auténtica heroína, ha aguantado desde la destrucción de más de 17 Iglesias en su pequeña isla a la quema de su interior o la decapitación de sus habitantes (estatuas y personas) en la Revolución Francesa. Porque gracias a los Románticos, es hoy como la conocemos, estoy segura que mucho lloró al sentirse sola, pero siempre soñaba con ser reconstruida y dar tanta vida como me da a mí y a todos los que la sienten ahora. ¿A que nunca te lo imaginabas eh?

Me llevaría toda la noche, intentando contar con palabras miles y miles de detalles de los cuales conozco muy pocos, pero que me fascinan como la vida. 
Será la ciudad que la acoge, bueno, más bien ella acoge a la ciudad, París... donde andar por sus calles, es como transportarnos a cualquier época, como seguir teniendo fe en la ilusión, la ilusión que supone que siempre habrá gente con "arte" con "su arte" dispuesta a sacarte una sonrisa. Sus luces, su río, su gente su música, su habla... sus rincones donde el sol se pone pero la luna los hace más bonitos y nunca los deja oscuros.

Y Ella... Notre Dame, la catedral de París. Ella donde al llegar me pareció un mundo, un mundo del que no pensaba que me fuera a llenar, unas personas con las que no creí que iba a funcionar... pero el formar parte de ella, día tras día, siendo su presentadora oficial a todos aquellos turistas que llegaban sin muchas ganas de rollos, ver sus caras al descubrir como yo, alguno de sus enigmas y que luego no había un mayor agradecimiento que sus sonrisas e incluso sus lagrimas, al por un momento, sentirse identificados con la Virgen María a los pies de la Cruz.

Hay amigos que tienes siempre, unos que descuidas más y otros que te unen acontecimientos tan grandes o vivencias tan enormes y simples como esta, que aunque puede que nunca más vuelvas a ver, o a saber de ellos, sobre todo de ella, de mi Simonne... tienes la certeza de que Dios sello tanto esas largas conversaciones en tres idiomas a la vez. Que no hay día que pasa sin acordarnos de nosotras. Con ella, descubrí que el amor de Dios es tan enorme, que no solo se me presenta a mí, a mi profesión de fe, sino que en muchas más otras también. Ella es de Estados Unidos, anglicana y nunca nunca borraré sus lágrimas mientras hablabamos de esa Madre, la Virgen, la cual estaba descubriendo allí junto a mí y mis torpes palabras. Porque dibujar con ella las mil visiones de Notre Dame, desde el rio, desde la plaza, salir corriendo solo para despedirla, dedicarle un cuaderno lleno de inutiles anotaciones, nos hacia disfrutar como niñas en un papel de mayores. Como me decía ella: Sorprendernos de todo, de las luces del cielo, de la musica del rio, de los paisajes humanos y naturales... de los regalos de Dios pagados en sonrisas a nuestros ojos.

Porque me fui tan tan gozosa, que al pasear por ultima vez por Ella, como una simple turista, no me salía otra cosa más que llorar, llorar profundamente agradeciéndole tantisimos detalles que solo yo podía haber percibido. Bendito lugar que me hizo enamorarme un poco más de la vida, de sus caminos y sus destinos inesperados, bendita la luz de su mirada, de sus murallas.

Hoy, comienza su 850 cumpleaños, te conocí tarde, pero creo que te quiero como a pocos querré. Espero que Maria, mi Notre Dame, me permita verla de nuevo este año, donde tiene que estar más hermosa que nunca. Será raro volver a París sin todo lo que me envolvió, será raro no ser su ayudante, pero cada día que pasa, tengo la certeza que parte de mí se quedó allí y la mayoría de ella se vino conmigo. Seré demasiado sensible, pero gracias a tal locura, me hace estar viva, soñar dormida... pero vivirlo en el día. Porque soñar es gratis... pero mi miedo es que hacerlos realidad también. Espero que vuelvas a sorprenderme, estoy segura que no me defraudarás.

Después de esta parrafada sin mucho orden, coherencia y sentido... Feliz Cumpleaños, brilla grande esta noche, que yo pueda sentirte no desde el otro lado del Sena sino desde la otra punta de Europa.

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